GUERRA CIVIL ESPAÑOLA - Listado de aeródromos de la GCE y regiones aéreas.
REPÚBLICA - AVIACIÓN : GUERRA CIVIL ESPAÑOLA.
La aviación de la República: 1936-1939. Antes de Julio de 1936, la Aviación Militar y la Aeronáutica Naval constituían servicios autónomos dependientes del Ejército y la Marina, y a su vez dependían de la Dirección General de Aeronáutica, que se había creado en 1933 para todos los aspectos técnicos, administrativos y de formación, correspondientes tanto a la aviación militar como a la civil. Los componentes de la Aviación Militar y la Aeronáutica Naval se distribuían en la geografía nacional de la siguiente manera:
ESCUADRA NÚMERO 1. Madrid. ESCUADRA NÚMERO 2. Sevilla ESCUADRA NÚMERO 3. Barcelona Grupo 23. Logroño (Breguet 19) FUERZAS AÉREAS DE ÁFRICA SERVICIOS DE INSTRUCCIÓN Estas unidades estaban estacionadas en los aeródromos de Cuatro Vientos, Getafe, Alcalá de Henares, Barcelona, León Logroño, Tablada (Sevilla), Los Alcázares, Tetuán, Nador, Larache y la base de El Atalayón.
ESCUADRILLA DE TORPEDEROS (San Javier) CASA-Vickers Vildebeest. ESCUADRILLA DE RECONOCIMIENTO ESCUADRILLA DE BOMBARDEO (San Javier) Dornier Wal ESCUADRILLA DE COMBATE Y ADIESTRAMIENTO (San
javier)
La Aeronáutica Naval (que a partir de 1933 pasó a denominarse oficialmente Aviación Naval, aunque sus miembros siempre proclamaron con orgullo que venían de la “Aeronáutica”) tenía sus aviones distribuidos en Barcelona, Marín, Cadiz y Mahón. Al producirse la sublevación militar del 17-18 de julio de 1936, la aviación conservó, inicialmente, su organización de preguerra, sin producirse tantos cambios como en el ejército de Tierra o la Armada, ya que, exceptuando los aeródromos de León, Logroño y Sevilla, Cádiz y Marín, en el resto de las bases o no triunfó la rebelión o permanecieron al lado del gobierno de la II República, debido a la intervención de sus jefes y oficiales, cuya actitud gubernamental dio lugar a que las fuerzas bajo su mando conservaran las bases y material. Ante el desarrollo de los hechos, en los días siguientes se produjo en el seno de la aviación una serie de movimientos personales y de aviones hacia uno y otro bando, que dieron lugar a una reorganización de las tres Escuadras / Regiones Aéreas que componían las fuerzas aéreas de Aviación Militar, quedando estructuradas de la siguiente manera: Primera Región, cuyo jefe era el coronel Antonio Camacho Benítez. La Segunda Escuadra aérea trasladó su cabecera a Los Alcázares en sustitución de Sevilla, en la que Tablada había caído en manos del general sublevado Queipo de Llano, después de que el comandante Rafael Martínez Esteve, jefe de la misma, hubiera declinado sumarse a la rebelión. La Segunda Región tuvo por jefe al coronel Felipe Díaz Sandino, que cesó al ser designado consejero de Defensa de Cataluña, siendo sustituido por el teniente coronel Alfonso de los Reyes. En lo que respecta a la Aeronáutica Naval, quedaron bajo el control gubernamental las bases principales, San Javier y Barcelona, ésta última al mando de Luis Fernández Rivas. Según fue evolucionando la guerra, los efectivos humanos y materiales, así como la organización territorial, se tuvieron que amoldar a las exigencias del conflicto. En septiembre de 1936 se separó del Ministerio de la Guerra todo el personal, material e infraestructuras concernientes a las aviaciones. En mayo de 1937 se crea el Arma de Aviación (aglutinándose Aviación Militar y Aeronáutica Naval), quedando adscrita al nuevo Ministerio de Marina y Aire, cuyo titular es Indalecio Prieto. El comandante Ángel Pastor es nombrado Subsecretario de Aviación, siendo sustituido a los pocos meses por el teniente coronel Antonio Camacho. Ignacio Hidalgo de Cisneros asumirían la jefatura de las Fuerzas Aéreas de la República. En lo que se refiere a la distribución de las regiones aéreas, quedaron configuradas en función del territorio gubernamental, y se distribuyeron de la siguiente manera: Primera Región Aérea Segunda Región Aérea Tercera Región Aérea Cuarta Región Aérea Quinta Región Aérea Sexta Región Aérea Séptima Región Aérea Cabecera: Albacete. Comprendía las partes de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Valencia, excluidas de la Regiones Primera, Segunda y Quinta. En Noviembre de 1937, habiendo desaparecido la Sexta Región tras la campaña del Norte se formaría la Octava Región Aérea (Cabecera: Baeza), a costa de la Segunda Región, con el fin de apoyar al ejército de Andalucía. Cada Región Aérea estaba dividida en sectores que atendían a un número variable de aeródromos –organizados a su vez en distintas categorías- cuyo número excedía de los 400 campos. Sin embargo, el cambio más significativo se produjo a nivel del personal de Aviación. En el primer bimestre de la guerra prácticamente se produjo la delimitación de los bandos y la mayoría del personal de preguerra se encuadró en uno de ellos. Hay que mencionar de forma destacada el hecho de que muchas unidades de tropa de Aviación jugaron un meritorio papel al principio de la guerra, cuando fueron destinadas a la sierra de Madrid para frenar el avance de la columnas del ejército del general Mola, permaneciendo en sus puestos hasta que fueron relevados por tropas del Ejército Popular, por lo que pasaron a los destino de los aeródromos. Finalizando la guerra, contingentes de tropas y alumnos-pilotos de Aviación también desempeñarían un puesto destacado en los sucesos de la sublevación de Cartagena. A medida que se incrementaba la duración e intensidad de la guerra, la aviación de la República, que todavía no había adquirido entidad propia, constató la necesidad de completar las bajas de material y personal, sobre todo, tripulantes de aparatos (pilotos, observadores, ametralladores, bombarderos) así como la de aportar rápidamente contingentes humanos y material al frente. Las primeras carencias se solucionaron con la compra de material aeronáutico en el extranjero, convirtiéndose la Unión Soviética en el único país que, de forma regular, vendió material bélico a la II República y, al mismo tiempo, aportó personal técnico aeronáutico y tripulaciones. A este contingente humano se sumó un escaso número de voluntarios y mercenarios de diferentes países. Ante esta situación, el gobierno de la II República convocó una serie de cursos específicos de aviadores: pilotos, observadores, ametralladores, mecánicos, armeros, etc., a fin de aportar personal especializado de origen nacional que cubrieran las bajas de la guerra y en previsión de la futura salida de España de los voluntarios internacionales. En el caso de los servicios y dependencias auxiliares (tropa, mecánicos, armeros, radiotelegrafistas, etc.,) estas convocatorias supusieron la ampliación de un acceso a Aviación para aquellos jóvenes que se sentían atraídos por la Aviación y que, antes de la guerra, tan sólo se podían contentar con las plazas que la aviación civil o miliar convocaba para acceder a estos servicios, dado que los cursos de pilotos estaban reservados para aquellos que pudieran disponer de una condición económica saneada o fueran oficiales (tan sólo a finales de los años 20 se abrió la posibilidad de que hicieran los cursos de aviación los suboficiales y la tropa). En este sentido, las diversas convocatorias de personal volante que hizo el gobierno de la República para paliar la falta de personal volante de la Aviación no sólo constituyeron una verdadera revolución social para la España de los años 30, sino que también fue un fenómeno cultural significativo porque brindó la posibilidad de conocer otras regiones españolas y países a numerosos jóvenes. Los centros de formación aeronáutica se situaron lejos del frente, en el Levante español (Murcia), aunque en los meses finales de la guerra también se abrió una pequeña escuela de capacitación preliminar en Sabadell con su centro anexo de San Sadurní de Anoia. En las primeras fases del conflicto, también se tuvo que recurrir a enviar pequeños contingentes de alumnos-pilotos a Francia, donde el gobierno republicano español pagó la formación elemental de aviadores que luego completarían su formación militar en las escuelas de Murcia, pero, sin duda alguna, los cursos de alumnos que han despertado más interés, sin duda por el exotismo del viaje, fueron los cursos que el gobierno de Madrid sufragó para las diferentes promociones de pilotos y observadores que, atravesando mares y tierra europeas, se desplazaron a la URSS para recibir formación aeronáutica en los centros de Járkov (actual Ucrania) y Kirovabad (actual Azerbaiyán). Al igual que en el caso de los alumnos provenientes de Francia, los aviadores procedentes de las escuelas de la URSS tuvieron una formación complementaria en levante, de cuyos centros aeronáuticos también salieron un contingente de pilotos bien preparados que, desgraciadamente, no dispusieron de aviones con lo que salir a combatir. En virtud del Decreto de formación del Arma de Aviación de la República, se crearon las siguientes unidades:
ESTADO MAYOR DE LAS FUERZAS AÉREAS ESCUADRILLA DE TRANSPORTE DE ESTADO MAYOR (Equipada con Caudron, Lockheed, Avia, Spartan, Northrop, DH. 89, Monospar, Stinson, etc.) ESCUADRA 11 (Caza) Grupo Independiente 28 ESCUADRA 5 (Bombardeo) ESCUADRA 7 ESCUELAS DE VUELO (Complejo de Murcia)
Las consecuencias de la guerra civil española son bien conocidas por todos. Para todos los miembros de la Aviación de la República, la posguerra fue sinónimo de cárcel, exilio, padecimientos y, en ocasiones, muerte. Pero, por encima de todo, las experiencias que vivieron a lo largo del conflicto crearon entre los aviadores republicanos unos vínculos inquebrantables que se iban a afianzar con el paso de los años, dando lugar a una hermandad que ha perdurado en el tiempo y en la que tan sólo la ley de vida ha podido hacer mella. A
EN EL AERÓDROMO DE LA BALSILLA (ALCUBLAS). Prosigo con la serie de colaboraciones sobre la apasionante biografía de Rómulo Negrín. En esta ocasión profundizaré en los meses que transcurrieron desde la finalización de la Batalla de Teruel y la partida de Rómulo Negrín hacia el frente de Aragón a principios de marzo del año 1938, hasta su regreso al escenario bélico del Mediterráneo y naturalmente su paso por Alcublas a finales de abril, época durante la que fueron tomadas las famosas fotografías en las que aparece junto a su caza CC-011 “Polikarpov I-15” (“Chato”) en el aeródromo de campaña de La Balsilla.
Así pues, Rómulo Negrín y el
resto de integrantes de la 4ª Escuadrilla de “Polikarpov I-15”
partieron a las once de la mañana desde Sagunto hacia el aeródromo
de campaña situado en Candasnos (Huesca), en la árida comarca de Los
Monegros entre Bujaraloz y Fraga, junto a la carretera nacional II
Madrid-Barcelona, al que llegarían algunas horas después.
Con este amplio despliegue de la aviación de caza, el Estado Mayor esperaba “levantar la moral a las tropas”, muy mermada ante el fortísimo envite de las tropas franquistas que avanzaban sin apenas encontrar resistencia. En esta misión intervendrán 7 miembros de la 4ª Escuadrilla de “Polikarpov I-15”, entre ellos seguramente Rómulo Negrín y su jefe directo Ladislao Duarte.
Y ya al anochecer emprendieron por Bujaraloz el regreso a sus bases. La neblina del atardecer les impidió visualizar cualquier concentración de tropas. Asimismo, tampoco encontraron aviación enemiga. Por su parte, Rómulo Negrín y el resto de compañeros de escuadrilla que le habían acompañado aterrizan en el aeródromo de Candasnos en unas difíciles condiciones: de noche y con la sola ayuda de las luces de los faros de algunos automóviles y camiones. Concluía su primera jornada en el frente de Aragón.
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Por alarma, a las 6 h 45 minutos despegaban nueve aparatos de la 4ª Escuadrilla G26, entre ellos el CC-011 con Rómulo Negrín a los mandos. Poco después el propio aeródromo de Candasnos era bombardeado, aunque sin quedar inutilizado, por unos 18 Heinkel “He-111” del grupo K/88 de la Legión Cóndor. Los atacantes, al retirarse, fueron sorprendidos por los “Chatos” de la 4ª Escuadrilla que lograrían derribar a uno de los “He-111” que cayó a tierra en las cercanías del aeródromo, siendo hechos prisioneros sus cinco tripulantes alemanes.
Al día siguiente, los servicios se multiplicaron y los componentes de la 4ª Escuadrilla de “Chatos” intervendrían, junto a otras escuadrillas de I-15, y con la protección de monoplanos “Moscas”, en varias misiones de ametrallamiento de tropas enemigas en las proximidades de Muniesa (Teruel). Esa tarde, durante el último servicio de la jornada iniciado a las 14 h. 30 m., tuvo lugar un importante combate aéreo a la altura de Híjar (Teruel) con cazas “Fiat CR.32” del grupo franquista 2-G-3, al mando del destacado piloto Ángel Salas Larrazábal, al que se había sumado Joaquín García Morato, indiscutido as franquista y Jefe de Operaciones de la 1ª Brigada Aérea.
En el combate se enfrentaron 19 “Chatos”, algunos de la 4ª Escuadrilla aunque no se conoce si Rómulo Negrín estaba entre ellos, con 19 “Fiat CR.32” (“Chirris”). Según el Diario de Operaciones de la Escuadra de caza nº 11, fueron derribados 3 “Fiat”, no reconocidos por el bando franquista. En el Grupo 26 no volvieron a sus bases tres “Chatos”, dos de ellos de la 4ª Escuadrilla. El CA-034 de Román Llorente Castro que pudo realizar un aterrizaje forzoso en una carretera en las líneas propias, siendo trasladado a un hospital mientras que su avión, ante la proximidad enemiga que impedía su recuperación, fue incendiado por las propias tropas republicanas. Y el CA-018 pilotado por Vicente Pinar Marsans que tomó tierra en el aeródromo de Caspe, con muchos impactos.
El día 13 a las 8,40 h varias escuadrillas de “Junker Ju-52/3m” (otras versiones hablan de “He-111”) bombardearon el aeródromo de Caspe durante 40 minutos, ocasionando grandes desperfectos en las pistas. Resultó asimismo destruido un monoplano “Mosca” que se hallaba sobre un camión y heridos tres cabos armeros del personal de tierra. Ya más tarde, a las 10 h 10 m, al intentar despegar de Caspe Vicente Pinar Marsans, para reincorporarse a su unidad en Candasnos con un nuevo aparato CA-002, capotó por accidente momentos después, pereciendo carbonizado. En dos días Rómulo Negrín había podido sentir la cara más cruel de la guerra sobre dos de sus compañeros de escuadrilla: Román Llorente, herido grave, y Vicente Pinar, muerto en trágicas circunstancias.
Al finalizar esta jornada del 13, la retirada del Ejército Popular era ya tan profunda que varios aeródromos quedaron en serio peligro de caer en manos enemigas. Ante esta posibilidad, algunas unidades aéreas republicanas se vieron forzadas a efectuar un apresurado cambio de base, algo que se repetiría varias veces en las semanas siguientes. Ello provocó que a últimas horas de esa misma tarde, Rómulo Negrín y sus compañeros de la 4ª Escuadrilla de “Chatos” recibieran la orden de abandonar Candasnos, que sería a su vez ocupado por otras dos unidades de “Chatos”, para trasladarse a Zaidín (Huesca), a un nuevo campo situado a orillas del río Cinca. Asimismo el punto de reunión de las formaciones de la aviación republicana cambió y, de situarse sobre Caspe, pasaría a Candasnos.
En las siguientes tres jornadas los integrantes de la 4ª Escuadrilla de “Chatos”, y entre ellos Rómulo Negrín, intervendrían en alguno o algunos de los varios servicios de ametrallamiento llevados a cabo por formaciones de “Chatos” protegidas por monoplanos “Moscas”, contra columnas de camiones enemigos. Así el día 14, en la carretera de Alcorisa a Alcañiz y de Alcorisa a Andorra (Teruel). Al día siguiente por la tarde, junto con “Chatos” de la 1ª Escuadrilla, ametrallarían en vuelo rasante a unos 50 camiones bajo el fuego de una batería antiaérea que se encontraba en mitad de la carretera de Azaila a Escatrón. Y el día 16, columnas de tropas y de camiones enemigos en la carretera de La Zaida a Escatrón-Caspe, junto a la margen derecha del río Ebro, así como en las proximidades de Puig Moreno y en la carretera de Alcañiz-Caspe.
Ni el 17 ni el 18 voló en el frente de Aragón ninguna de las unidades de la Escuadra nº 11 por las malas condiciones meteorológicas. Asimismo, con la toma el día 17 de Caspe por las tropas franquistas, el frente quedó estabilizado en la línea del río Guadalope. En estos días el resto de escuadrillas de “Chatos” también retrasan su despliegue a campos en el valle del Cinca, donde la 4ª ya se encontraba en Zaidín: la 1ª también a Zaidín, y la 2ª y 3ª a Pomar de Cinca (Huesca), variando el punto de reunión a Zaidín. El día 19, varios cazas de la escuadrilla de Rómulo Negrín participaron en el combate aéreo que tuvo lugar a la altura de Alcañiz entre una formación de 16 “Moscas” y 27 “Chatos” contra otra de 27 “Fiat CR.32” de la Aviación legionaria italiana, derribando a un “Fiat” que caería incendiado y cuyo piloto se lanzó en paracaídas.
Los aviones alemanes emprenderían la huida al acercarse los cazas republicanos. Esa misma tarde, a los pocos minutos de salir a las 16 h en misión de protección de “Katiuskas”, el CC-011 de Rómulo Negrín y el CC-001 de otro compañero debieron regresar por avería. Y al despegar, otro avión de la 4ª Escuadrilla de “Chatos” capotó, resultando ileso el piloto y el aparato con daños. El excesivo número de horas de vuelo comenzaba a hacerse notar en algunos de los cazas de la Escuadra nº 11.
El día 23, poco antes de las tres de la tarde, se reunieron sobre la vertical de Zaidín 7 “Moscas” de la 1ª Escuadrilla y 11 “Chatos” de la 1ª y 4ª para acudir al norte de Quinto (Zaragoza), donde los aparatos de la 4ª Escuadrilla (no se conoce si Rómulo Negrín participó en esta acción de guerra) ametrallaron en tres pasadas a las tropas del Cuerpo de Ejército marroquí del general Yagüe que esa misma madrugada habían cruzado el río Ebro.
Durante las siguientes semanas estuvieron combatiendo codo con codo, aunque en escuadrillas diferentes, los hijos de las dos personalidades que más encarnaban el espíritu de resistencia de la República española. Por un lado, Rómulo Negrín, hijo del Dr. Juan Negrín, Presidente del Consejo de Ministros y firme defensor de la consigna “Resistir es vencer”, que fue dada a conocer en un discurso el 28 de marzo. Y de otro, José Redondo, hijo de Cayetano Redondo Aceña, alcalde del heroico Madrid del: “No pasarán”.
Estos seis nuevos aparatos apenas cubrían una mínima parte de las múltiples pérdidas tenidas por las cuatro escuadrillas de “Chatos” durante las dos anteriores semanas de fuertes combates en el frente de Aragón. En este duro escenario
bélico, la aviación republicana estaba siendo literalmente aplastada
por la gran superioridad numérica de una aviación enemiga integrada
por las poderosas escuadras extranjeras de la Aviazione Legionaria
italiana y de la Legión Cóndor alemana, además de la más testimonial
escuadra franquista.
Al llegar a la carretera de Zaragoza a Lérida, en las proximidades del cruce con la carretera a Pina de Ebro (Zaragoza), los pilotos de “La Gloriosa” localizaban una gran columna motorizada compuesta de 100 camiones y, a lo largo de unos 3 kms, una importante concentración de tropas marroquíes a los lados de la carretera. Inmediatamente los aparatos de la 1ª y 4ª Escuadrilla del G26 se lanzaron a ametrallarlos en vuelo rasante, en varias pasadas, hasta agotar las municiones por completo.
La inferioridad numérica de la Escuadra nº 11 resultaba tan patente que el Grupo 26 sufrió las mayores pérdidas durante un solo combate: siete “Chatos”, dos de ellos al chocar entre sí, cinco de la 2ª y dos de la 3ª Escuadrillas. Los franquistas reconocieron únicamente el derribo de uno de sus “Fiat”, aunque los republicanos reclamaban haber abatido varios de ellos y algún “Smith” (como denominaban a los “Messerschmitt Bf 109”). La Legión Cóndor por su parte, con su hermetismo habitual, no informó de posibles bajas.
La 4ª Escuadrilla de Rómulo Negrín pasó a Almenar (Lérida), al valle del Noguera-Ribagorzana, aunque al respecto no hay unanimidad entre los estudiosos. A su vez, la 2ª y 3ª salieron a lo largo de la mañana del 25 para Balaguer (Lérida), a orillas del río Segre, a las que se uniría la 1ª más tarde. El nuevo punto de reunión quedó fijado sobre la vertical del aeródromo de Lérida. Esa tarde del 25, ante lo desesperado de la situación en el frente, 24 “Chatos” (probablemente el CC-011 de Rómulo era uno de ellos) y 10 “Moscas”, intentaron dificultar la llegada de refuerzos al C.E. marroquí por la carretera nacional II Zaragoza-Lérida, ametrallando concentraciones de tropas en el sector de Osera, y de caballería en la carretera de Gelsa (Zaragoza).
Así, el día 26 se efectuaría un único servicio. A las 12 h 30 m salieron 19 “Moscas” y 23 “Chatos” como protección de bombarderos “Tupolev SB” (“Katiuskas”) en su ataque a posiciones enemigas en Bujaraloz, y del posterior ametrallamiento de la carretera nacional II por parte de varios aparatos de la 4ª Escuadrilla del G26 (posiblemente con Rómulo Negrín), en el sector entre Bujaraloz (Zaragoza) y Peñalba (Huesca). Al siguiente día se repitió el servicio, y a las 16 h se reunieron sobre la vertical de Lérida 27 “Moscas” y 22 “Chatos” para otra misión de protección a “Katiuskas”, que se realizó sin novedad, tomando tierra a las 17 h 10 m.
Estos continuos cambios de aeródromos provocaban molestias e incomodidad a los pilotos, pero para los escalones de tierra de las escuadrillas (armeros, mecánicos, etc.), forzados a ir en caravanas de automóviles y camiones de unos lugares a otros, suponían un verdadero riesgo sobre sus vidas, siempre con el peligro de sufrir un ataque aéreo o terrestre en estos traslados.
Así el día 28, a las 13 h 45 m, para una misión de patrulla por el sector Candasnos-Fraga y de la carretera de Monzón (Huesca). Al siguiente día, a las 13 h 15 m, en un primer servicio de ametrallamiento de las tropas del general Moscardó que cruzaban el río Cinca, entre Zaidín y Albalate. Y tres horas más tarde, en el ametrallamiento de una columna motorizada en la carretera de Leciñena a Albalate de Cinca. Al regreso, “Chatos” de la 4ª Escuadrilla también ametrallaron posiciones marroquíes en las proximidades de Fraga.
Al finalizar la jornada del 30 las tropas franquistas habían alcanzado ya toda la línea del río Cinca hasta Barbastro, estableciendo sólidas cabezas de puente en Monzón, en Belver y en Fraga, esta última muy profunda en dirección a Lérida. Ello obligó a un nuevo repliegue de las escuadrillas de caza republicanas que se situaron, por parejas, las del G21 (“Moscas”) en Bellpuig y Reus, y las del G26 (“Chatos”) en Anglesola y Cervera (L´Aranyó), donde ya se encontraba la 4ª de Rómulo Negrín.
A pesar del valor demostrado por los “Chatos” de “La Gloriosa” y de la tenaz resistencia mantenida durante una semana por los defensores republicanos, en especial de la 46ª División de Valentín González “El Campesino”, las tropas marroquíes al mando del coronel Barrón lograban entrar en Lérida el 3 de abril.
Al mismo tiempo la situación al otro extremo del frente también comenzaba a ser crítica. Ese mismo día Gandesa, al sur del río Ebro, pasó a poder de las fuerzas franquistas de García Valiño mientras que Morella caía el día 4 en poder de las unidades del Cuerpo de Ejército de Galicia del general Aranda. A la vista de ello, la aviación de caza de la República efectuó el día 4 un nuevo despliegue de sus unidades del G26 (“Chatos”) que pasarían a aeródromos de la provincia de Tarragona: la 1ª y 2ª Escuadrilla a Vendrell, y la 3ª Escuadrilla junto a la 4ª de Rómulo Negrín a Monjos, cerca de Vilafranca del Penedés, estableciéndose el Estado Mayor de la Escuadra nº11 en Valls, elegido nuevo punto de reunión. Desde estas nuevas bases, las escuadrillas de “Chatos” iban a poder realizar incursiones tanto al sector del Segre como al sur del Ebro.
El día 6 hubo gran actividad con dos servicios. Por la mañana, los “Chatos” de la 4ª Escuadrilla del G26 de Rómulo ametrallaron varias baterías antiaéreas situadas en la carretera Lérida-Corbins y varios camiones a la salida de Corbins y atacarían a un “Fiat CR.32”, posiblemente de la Aviazione Legionaria, que patrullaba en solitario a la altura de Albatàrrec, derribándolo a 1 km al sur de Lérida, junto al río Segre. Además efectuaron un amplio reconocimiento del frente llegando hasta Benabarre (Huesca).
Asimismo, los “Chatos” completarían la misión ametrallando varios camiones en la carretera de Miravet a Pinell y concentraciones de las tropas italianas enviadas a España por Mussolini del CTV (Corpo Truppe Volontarie -Cuerpo de Tropas Voluntarias-), en las carreteras próximas a Gandesa y a Mora de Ebro. Los días 7, 8 y 10, según el Diario de la Escuadra nº 11, las escuadrillas de “Chatos” no volaron en ningún sector del frente de Aragón.
El Diario de Operaciones de la Escuadra nº 11 se refiere el hecho de manera muy breve: “A las 11 h. 30 m. se reúnen sobre el campo de Valls 17 Katiuskas, 12 Natachas, 34 Chatos y 22 Moscas para desfilar sobre Barcelona, regresando sin novedad a las 12 h. 35 m.”. Aunque no existe confirmación documental, lo más probable es que Rómulo Negrín fuera uno de los pilotos que participó en este gran despliegue aéreo sobre los cielos de Barcelona. Y es lógico suponer que ante la atenta y orgullosa mirada de su padre.
Los días 12 y 13, en un doble servicio, también se volaron al sur del Ebro como protección de “katiuskas” y para ametrallamiento de tropas y posiciones enemigas donde el avance del Cuerpo de Ejército de Galicia, apoyado por las tropas de García Valiño, seguía desde Morella imparable hacia el Mediterráneo.
Durante el mismo, resultó alcanzado por fuego de tierra el “Chato” de Fulgencio Martínez Montoya. Según algunas fuentes el piloto murió al estrellarse, mientras que otros autores señalan que salió ileso al no llegar a ser derribado su avión. El sacrificio demostrado por los pilotos de “La Gloriosa” no pudo evitar que ese mismo día 15 la IVª División Navarra del coronel Camilo Alonso Vega alcanzara el Mediterráneo entre Vinarós y Benicarló, cortando en dos el territorio bajo control de la República.
Aunque la situación varió por completo ante la sorprendente decisión de Franco de detener las operaciones en el frente de Cataluña y lanzar el grueso de sus tropas en dirección a Valencia. En un primer momento, desconfiando del súbito cambio de escenario bélico, los mandos de la Escuadra nº 11 de la República mantendrían buena parte de las unidades de caza en Cataluña: tres escuadrillas de “Moscas” y dos del G26, de este último la 1ª en Sabanell y la 2ª en Anglesola.
No obstante, el día 18 las tropas franquistas retomaron su ofensiva hacia el sur por la costa, por lo que varias unidades de caza de “La Gloriosa” se trasladaron rápidamente entre los días 18 y 19 hacia aeródromos de la 4ª Región Aérea (Valencia), tras ser completadas con más aviones y reforzadas con nuevos pilotos. En principio, fueron cuatro escuadrillas. Dos de Polikarpov I-15 “Chatos”, la 3ª en El Grao de Castellón y la 4ª de Rómulo Negrín que se estableció en el aeródromo de Vilafamés, utilizado anteriormente por los bombarderos Tupolev SB “Katiuska”. Además de dos escuadrillas de Polikarpov I-16 “Moscas”, la 3ª con base en Sagunto y la 1ª en Lliria, a las que se les unió la 4ª Escuadrilla al llegar pocos días después a Vistabella del Maestrat (Castellón).
El día 21, en uno de estos peligrosos servicios en el sector de la costa a unos cuatro kilómetros al norte de Alcalà de Xivert (Castellón), se produjo una pérdida muy sentida para Rómulo Negrín y el resto de integrantes de la 4ª Escuadrilla. El avión de José Recalde Gómez, Jefe de patrulla y uno de los veteranos pilotos a pesar de su juventud del Frente del Norte, fue derribado (aunque hay informaciones contradictorias al respecto) muriendo el piloto al estrellarse sobre el suelo.
Y dos días después, 31 bombarderos Heinkel “He 111” del grupo K/88 de la Legión Cóndor, partiendo de su base en el aeródromo Sanjurjo (Zaragoza), efectuaron un intenso bombardeo sobre el aeródromo de Vilafamés y la zona costera de Benicasim durante el que lanzaron 46,2 toneladas de bombas. Más tarde, otro grupo de 24 “He 111”
efectuó un segundo bombardeo, arrojando 34,4 toneladas de bombas
sobre la zona sur de la ciudad de Castellón, la estación de
Villarreal y el área de Sagunto.
Ante estos bombardeos, la 3ª y 4ª escuadrillas del G26 recibirían la orden de replegarse más hacia el sur, y alejarse de primera línea. Lo más probable es que tanto la 3ª Escuadrilla como la 4ª de Rómulo Negrín se desplazaran la misma tarde del día 25 al aeródromo de La Señera, situado junto a la carretera nacional Valencia-Madrid, a 10 km. al oeste de Manises (Valencia). Sin embargo, y dado que en esas fechas los combates terrestres más encarnizados se libraban en el interior del Maestrazgo, en los confines entre Castellón y Teruel, Rómulo Negrín y sus compañeros de la 4ª Escuadrilla de “Chatos” no tardarían en ser enviados a uno de los aeródromos republicanos de campaña más próximos a Teruel: La Balsilla, situado a pocos kilómetros al noreste de Alcublas (Valencia).
Su llegada coincidió con el inicio de un periodo de mal tiempo, por fuerte temporal de lluvias, que provocó una significativa disminución en las operaciones terrestres y poca actividad aérea durante unos días, aunque no su total paralización. Y aprovechando justamente este periodo de cierta pausa bélica es cuando debieron de realizarse las conocidas fotografías, aunque no hay constancia escrita que así lo acredite, en las que se ve a Rómulo Negrín en el aeródromo de La Balsilla (Alcublas) junto a su inseparable Polikarpov I-15 “Chato” de numeral CC-011.
En una se encuentra solo junto a su “Chato” CC-011, con equipo de vuelo (ropa, calzado, gafas y gorro) además de portar el correspondiente paracaídas de asiento. Esta indumentaria parece indicar que era uno de los pilotos que en esos momentos realizaban el servicio de guardia en La Balsilla. En las otras dos, muy parecidas entre sí, Rómulo porta un chaquetón de cuero sobre el equipo de vuelo y se muestra muy sonriente junto a varios de sus compañeros pilotos en la 4ª Escuadrilla de Polikarpov I-15 “Chato”. De éstos, hasta el momento sólo se ha podido reconocer a uno de ellos, el también sargento piloto Nicolás Pérez Buj.
La indumentaria de Pérez Buj demuestra, al no portar el equipo de vuelo, que la 4ª Escuadrilla de "Chatos” no estaba de paso en el aeródromo de La Balsilla como manifiestan algunos estudiosos, sino que se encontraba allí destacada. Lamentablemente no se conservan registros escritos de esa época de las actividades de la Escuadra de caza de la República y, por tanto, no hay documentos que señalen el tiempo que Rómulo Negrín y el resto de miembros de su escuadrilla pudieron haber estado en Alcublas. Lo más probable es que dejaran La Balsilla a finales de la primera semana del mes de mayo de 1938 para pasar al cercano aeródromo de El Toro (Castellón).
Entre ellos, al cabo José Jové Alujas apoyado sobre el ya famoso Polikarpov I-15 CC-011, aparato del que era responsable como mecánico en el sector de Valencia en esa época. Un punto más a favor de que las fotografías fueron realizadas en La Balsilla (Alcublas). Con la división del territorio de la República en dos zonas, y ante la imposibilidad práctica de su traslado de una zona a otra, hubo necesidad de mantener duplicidad de plantilla de personal técnico y de mantenimiento de las escuadrillas, el llamado escalón de tierra o rodado: uno en Cataluña y otro en el área de Valencia.
Destinado a la 4ª Escuadrilla del Grupo 26 “Chatos” a mediados del mes de abril de 1938, tras terminar su formación como sargento mecánico de aviación en la Escuela de Godella (Valencia) en su 16ª promoción. Antonio Vilella siempre ha manifestado que estas fotografías se obtuvieron en Alcublas a finales de abril, aspecto que me volvió a confirmar durante la grata charla que mantuve con él durante la inauguración de la magna exposición “Aviadores de la República”, celebrada el pasado mes de abril en Madrid.
Más adelante continúa con el tema de la comida “Aseguran que las lentejas contienen hierro, pero fueron tantas las que llegamos a comer en Alcublas que no comprendo como no nos oxidamos”. En cuanto al alojamiento, manifiesta que “Dormíamos en el pueblo, en una casa requisada para aquellas circunstancias. Estaba situada en una plaza y (…) sólo llegábamos a ella al finalizar la jornada y regresábamos al aeródromo antes de que despuntase el alba”. Así pues, probablemente Rómulo Negrín estuvo durmiendo en el edificio de la plaza del Porche que con anterioridad había sido la sede en Alcublas del partido Izquierda Republicana y de la Asociación Provincial de Campesinos.
En
ella relataré las peripecias vividas por Rómulo durante los
siguientes meses de guerra de mayo y junio, en los que hubo algunos
momentos donde su vida estuvo en peligro, hasta su definitiva salida
de España en agosto de 1938 para realizar un nuevo curso de aviación
en la URSS y su posterior marcha al
exilio. Por ello, la sociedad española en su conjunto les debe un justo reconocimiento, aunque sea con más de 70 años de retraso. No importa si lucharon altruistamente en defensa de sus ideales o simplemente cumpliendo con su deber al ser alistados de forma forzosa. Todos
ellos fueron nuestros valientes soldados. Su entrega, honestidad y
sacrificio merecen nuestra más sincera gratitud y respeto. En su
recuerdo…
Aeródromo de Algete 1936 a 1939.
Marzo de 2008. Panorámica de la finca donde estuvo el aeródromo durante la Guerra Civil española. Esta foto fue tomada desde el Camino del Espinar, situado en el extremo norte del mismo. La pequeña rayita en la esquina superior derecha es un avión girando a su izquierda tras despegar del cercano aeropuerto de Barajas (Madrid). Mientras me encontraba en este lugar, los aviones que tras despegar mantenían el rumbo hacia el norte pasaban justo por encima de este campo, quedando fuera de la panorámica por la altura que llevaban. Cerca de Algete, en una finca llamada "El Soto" o XX situada cerca del río, rodeada de árboles que servían muy bien para ocultar los aviones, se alojaba una de las escuadrillas. El día 5 de noviembre me incorporé a ella, y desde el día 6 actué ininterrumpidamente como punto izquierdo de la patrulla de José (Kopets) en todos los combates que se celebraron en el frente de Madrid. Por cierto que a los pocos días de estar allí vino por la noche un bombardero enemigo a muy poca altura y realizó un bombardeo perfecto. La suerte nuestra fue que el bombardero llevaba sólo bombas incendiarias, que cayeron casi todas muy cerca de los cazas, pero como el piso era arenoso se consumieron sin causar ningún daño a los aviones. Si hubiese llevado bombas explosivas nos deja sin escuadrilla. Su jefe era P. Richagov, "Palancar", un ruso de pequeña estatura, joven, fornido y muy agresivo. ..." Texto extraído del libro "Mitos y Verdades. La Aviación de Caza en la Guerra Española", de Andrés García Lacalle, publicado en Méjico en 1973. Así contaba en su libro Andrés García Lacalle, piloto de la Aviación Republicana, sus primeros días en la escuadrilla de aviones rusos I-15 "Chatos" destacada en el aeródromo que durante la Guerra Civil fue preparado en la Finca "Soto Mozanaque", requisada a sus propietarios, en el término municipal de Algete, en la provincia de Madrid, en el margen oriental del río Jarama y de la carretera de Burgos: N-I (hoy llamada A-1 y, también, E-5). Él llegó allí el 5 de noviembre de 1936, durante la Batalla de Madrid. Más adelante en su libro continúa así: "... Desde nuestro aeródromo El Soto o XX, no tardábamos más que tres o cuatro minutos en llegar al frente. Además, los combates eran, en términos generales, muy breves. Tardábamos media hora o aun menos en regresar a nuestro campo, después de haber combatido, excepto los días en que los pilotos alemanes con sus Heinkel nos presentaron combate pretendiendo permanecer en el frente. Todos los demás combates sostenidos sobre Madrid duraron escasos minutos..." El campo de aviación, además de ser conocido por los nombres de "El Soto" y "campo XX", también era denominado "Campo Soto". Además, y en cuanto a otro posible nombre, el comandante Joaquín García-Morato, as de la Aviación Nacional, anotó en su cuaderno de horas de vuelo una misión de reconocimiento de los aeródromos enemigos de Alcalá, Barajas, JARAMA y Alcobendas llevada a cabo el día 30 de noviembre de 1936, y en la que empleó una hora diez minutos (pág. 62 del libro "Guerra en el Aire", libro donde está reproducido su cuaderno de horas de vuelo). Es casi seguro que al anotar el nombre del aeródromo del Jarama en su cuaderno estuviese llamando así al aeródromo de Algete, al estar éste situado muy cerca del río Jarama y en la misma zona que los otros tres que reconoció en esa misión. Concretamente, las pistas, que eran resultado de allanar y compactar la tierra, y las zonas de estacionamiento de los aviones se encontraban dentro del espacio delimitado por el arroyo Paeque (pequeño afluente del río Jarama) y la carretera que va de Paracuellos de Jarama a Fuente El Saz de Jarama. En la actualidad, la zona noreste de lo que fue el campo de aviación es atravesada por la carretera de circunvalación de Fuente El Saz, carretera que por sus dimensiones parece más bien una autovía.
Esta cartografía rasterizada ha sido capturada on-line, en diciembre de 2010, de la dirección http://www.madrid.org/nomecalles/ ; y se le ha añadido información gráfica utilizando la aplicación que facilita el mismo sitio ("nomecalles" viene de "Nomenclátor Oficial y Callejero"). En esa misma dirección de la página web de la Comunidad de Madrid, y gracias al Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid, está disponible on-line, además de cartografía, un amplísimo banco de fotografías aéreas de la provincia de Madrid tomadas a lo largo de décadas.
Imagen aérea obtenida en 1946, siete años después del final de la Guerra Civil. En ella puede apreciarse lo que fuese campo de aviación de 1936 a 1939. Esta imagen ha sido capturada on-line del mismo enlace. Origen de la foto: Defense Mapping Agency E.E.U.U. (vía Centro Cartográfico y Fotográfico del Ejército del Aire). Aerial photograph taken in 1946, seven years after the end of the Spanish Civil War. It can be seen where was from 1936 to 1939 the republican airfield of Algete, to the north of Madrid. Algete airfield was also known as 'El Soto', 'Campo XX' or 'Campo Soto'.
La misma zona en el año 2008. La imagen se ha obtenido en el mismo enlace: http://www.madrid.org/nomecalles. En este caso el origen de la fotografía es la Consejería de Transportes e Infraestructuras. He señalado la orientación y el lugar desde donde hice la foto que abre este artículo. Como información complementaria comentaros, por un lado, que la fisonomía de parte de la Finca "Soto Mozanaque" está cambiando, pues actualmente se está construyendo un campo de golf. Y, por otro lado y sobre la imagen aérea, en la esquina superior izquierda de la misma, y al otro lado de la A-1, puede apreciarse parte del trazado del Circuito de Automovilismo del Jarama. The same area in 2008. I have marked on it the direction and the position from where I took the photograph at the beginning of this article.
Interior de un refugio antiaéreo subterráneo del aeródromo, del que se conservaban cuando hice la foto, en marzo del 2009, unos tres metros y medio de la galería y una entrada. Al fondo se observa la luz que penetraba por la entrada, la cual era perpendicular a la galería. Actualmente este refugio debe haber quedado sepultado o derruido, no siendo ya visible en el lugar donde se encontraba: junto a la entrada principal de la finca. Parece ser que se construyeron uno o dos refugios más similares a éste, situados junto a la carretera de Fuente El Saz, del lado de la Finca "Soto Mozanaque"; pero de éste o éstos ni conozco su localización exacta, ni tengo foto alguna; y tampoco sé si habrán sobrevivido a la reciente construcción de la carretera de circunvalación de Fuente El Saz
Fotografía del exterior del refugio. En primer plano se distingue el acceso parcialmente taponado. BIBLIOGRAFÍA: Libro: "Mitos y Verdades. La Aviación de Caza en la Guerra Española" Andrés García Lacalle Primera edición 1973 Ediciones Lito Offset Fersa, S.A México Páginas 175 y 183 Libro: "Guerra en el Aire" Joaquín García-Morato Primera edición 1940 Segunda edición actual Febrero 2008 Editorial Galland Books
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