REPÚBLICA - MARINA DE GUERRA DE EUSKADI.
La Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi fue una de las unidades militares más singulares y peor conocidas de las que tomaron parte en la Guerra Civil de 1936-1939. Su dependencia exclusiva del Gobierno Vasco, le dio además una gran significación política. Fue creada en octubre de 1936 por la Consejería de Defensa del Gobierno Vasco para ayudar a la Armada Republicana en la protección al tráfico marítimo y a la actividad pesquera en aguas propias y mantuviera libres de minas submarinas los accesos a los puertos vascos. Las circunstancias políticas y militares del conflicto -en especial el hecho de quedar aislado el Norte del resto del territorio gubernamental-, el bajo rendimiento de las Fuerzas Navales del Cantábrico republicanas –que generaron no pocas tensiones entre las jefaturas de ambas fuerzas y desembocaron en una mutua desconfianza- y la personalidad del jefe de la Marina Auxiliar, Joaquín de Egia, condujeron a que esta fuerza naval adquiriera una autonomía orgánica y operativa absoluta respecto de la Marina Republicana. Para organizar esta fuerza auxiliar, Egia convirtió en "buques de guerra" a un buen número de pesqueros que estaban refugiados en Bilbao, sin ninguna ocupación. En su mayoría habían llegado en la evacuación de Pasajes. Les dotó de artillería en unos casos (bous armados) o de aparejos para el rastreo de minas submarinas en otros (dragaminas). Todos los buques fueron pintados de color gris aplomado, llevando en sus amuras, en color negro, la inicial de su nombre o el numeral correspondiente; izaban la ikurriña a proa y la bandera tricolor republicana a popa. Las tripulaciones se organizaron con personal voluntario, procedente de las marinas mercante y pesquera, que suplió su escasa o nula formación militar con entrega, disciplina y una elevada motivación. Más de 900 llegaron a pasar por las filas de la Marina de Euzkadi. A pesar de las tensiones con las autoridades navales republicanas, la Marina Auxiliar cooperó con las Fuerzas Navales del Cantábrico en cuanto pudo y cubrió sus carencias en la medida en que sus limitados medios lo permitieron. Se ocupó de la escolta de buques mercantes y del rastreo de minas en aguas vascas, llevando el peso de la campaña naval en el bando republicano durante la primera mitad de 1937. La caída de Bilbao en junio de 1937 obligó a que los buques vascos se trasladaran a Santander, donde los dragaminas prosiguieron con las labores de rastreo. Algunos de los buques, con sus tripulaciones, fueron transferidos a las Fuerzas Navales del Cantábrico y luego operarían en Asturias. La evacuación de Santander en agosto de 1937, puso punto final a sus actividades aunque, sobre el papel, siguió existiendo unos meses más. Algunos de sus integrantes cayeron prisioneros, pero la mayoría consiguió llegar a Francia. Aproximadamente la mitad de los llegados permanecería en suelo francés hasta el final de la contienda o, en algún caso aislado, pasaría a territorio franquista. La otra mitad regresaría a territorio gubernamental para continuar la guerra en la Armada Republicana o el Cuerpo de Carabineros. Quizá el caso más singular fue el del Cuerpo de Carabineros, donde el propio Gobierno Vasco afincado ahora en Barcelona auspició una entrada masiva de marinos procedentes de la Marina de Guerra Auxiliar y también de la Marina Mercante vasca. Allí tuvieron como labor tripular una flotilla de motoveleros y lanchas, dependientes del Ministerio de Hacienda, que se encargó de mantener el enlace entre los puertos del Levante republicano hasta el fin de la guerra. Después vino la represión o el exilio -para algunos una nueva guerra- y, en el mejor de los casos, el retorno a la actividad profesional, siempre en condiciones difíciles.
La Jefatura de la Sección tenía instaladas sus oficinas en el tercer piso del Hotel Carlton de Bilbao. Inicialmente su dimensión era muy reducida, pues se limitaba al jefe, un secretario, un radiotelegrafista y el personal administrativo. La dimensión que pronto alcanzó la Flota Auxiliar hizo necesario dotar a la Jefatura de una estructura más amplia, que se completó en marzo de 1937. La organización así diseñada se mantuvo ya hasta la caída de Bilbao. Cuando se trasladó a Santander volvió a quedar reducida al jefe con su secretario, un inspector de máquinas, un asesor técnico, un responsable de administración, otro de suministros y un pequeño número de personal auxiliar. Su composición durante la guerra fue la siguiente:
* Jefatura de la Sección de Marina: Se encargaba directamente de la dirección operativa de los buques y servicios de la Marina de Guerra Auxiliar. La responsabilidad de los servicios se distribuía entre diversos negociados: Secretaría: Se ocupaba de las labores de secretaría, información y documentación, archivos, sanidad,... Negociado de Personal y Armamento: Se encargaba del reclutamiento de personal, destinos, acuartelamiento, armamento,... Negociado de Construcción y Reparación: Se encargaba de dirigir las modificaciones y reparaciones que se hicieron a los buques de la Marina Auxiliar. Negociado de Administración: Se ocupaba de la contabilidad y pagaduría. Negociado de Transmisiones: Se encargaba de las comunicaciones radiofónicas y radiotelegráficas. Negociado de Intendencia: Se ocupaba del suministro y almacenamiento de víveres, pertrechos y efectos navales. * Delegación de Marina de Portugalete: La Delegación se instaló en el Hotel de Portugalete desde noviembre de 1936 y disponía también en el muelle de un almacén de intendencia y suministros y otro más que se habilitó después para guardar las minas submarinas recogidas. Se ocupaba de la atención de las instalaciones portuarias de Portugalete que servían de base a todos los buques de la Marina Auxiliar, además de servir de enlace con los bous artillados y de dirigir el servicio de recogida de minas y de vigilancia costera. Tenía a su disposición varias embarcaciones menores para labores portuarias. * Servicio de Atalayas y Vigías: Todos los puestos de vigías y atalayas dependían de la Jefatura de Marina a la que informaban directamente sus novedades. Fue creado para mantener la vigilancia de costa desde puestos fijos instalados en Punta Lucero, Punta Galea, Sopelana, Plencia, Cabo Villano, Cabo Machichaco y Lequeitio. * Servicio de Prácticos: La Jefatura de Marina dirigió también, entre noviembre de 1936 y marzo de 1937 el Servicio de Prácticos del puerto de Bilbao. A partir de marzo pasó a la Dirección de Marina Mercante. * Cuartel de Marina: Avanzado el año 1937 se instaló en Getxo un Cuartel de Marina para alojar al personal pendiente de destino o en reserva para tripular los buques que estaban en fase de alistamiento. Lo mandaba el comandante del bou Araba, ya que su tripulación formaba la mayoría de la guarnición del cuartel. * Bous Artillados: Dependían directamente de la Jefatura de Marina y no estaban organizados en flotilla; si bien, el oficial más antiguo, que en ocasiones hacía las veces de comodoro, era el comandante del Gipuzkoa, Manuel Galdós. El 5 de agosto de 1937, los bous en activo se transfirieron a las Fuerzas Navales del Cantábrico. * Flotilla de Dragaminas: La Delegación de Portugalete era la que planificaba y coordinaba el servicio de manera cotidiana, siguiendo las instrucciones de la Jefatura de Marina, mientras un capitán asumía su mando directo. Incluía los dragaminas y las lanchas que colaboraban con ellos. El 1 de agosto de 1937 se transfirieron a las FNC seis dragaminas y dos lanchas auxiliares, el resto evacuó a Francia un mes después. * Servicios Especiales: La Jefatura de Marina destinó personal y algunas embarcaciones a misiones especiales, como el enlace radiofónico y radiotelegráfico con Bayona, el enlace marítimo con la misma localidad e, incluso, la conducción de armas y suministros a los puertos leales del Cantábrico. Los buques de estos servicios quedaron en Francia al caer Bilbao.
* Personal en las Fuerzas Navales del Cantábrico: En las oficinas de las FNC, sitas también en el Hotel Carlton, trabajaban una decena de escribientes y chóferes cedidos por la Marina Auxiliar. Además, en mayo de 1937, se destinaron al submarino C-6, a petición de su comandante, 9 cabos y marineros del Voluntariado del Mar para sustituir a otro personal que no ofrecía confianza y cubrir bajas. A comienzos de junio, a petición de la Jefatura de las FNC, fue desembarcada la mayoría de las tripulaciones de los destructores José Luis Díez y Ciscar por considerarlas insubordinadas y no tener confianza en ellas; para sustituirlas se enviaron unos 210 marinos del Voluntariado del Mar. Desde ese momento y hasta la caída de Bilbao los dos destructores y el submarino fueron atendidos por los servicios de Intendencia de la Jefatura de Marina de Euzkadi. Una vez que los buques se trasladaron a Santander un buen número de ellos fue desembarcado y el resto incorporado a la Marina Republicana.
Cuando fueron incautados los primeros bacaladeros seleccionados para ser artillados, sus dotaciones estaban formadas por una mezcla heterogénea de marinos civiles y militares, los unos procedentes de sus primitivas tripulaciones y los otros embarcados por la Armada Republicana. Con el fin de dotar a estos buques y a todos los de la Marina Vasca de personal sujeto al control del Gobierno de Euzkadi, el 10 de noviembre de 1936, se publicó el Decreto de creación del Voluntariado de Personal de Mar. El Voluntariado del Mar era un cuerpo militar nutrido con voluntarios civiles. En principio, la inscripción estaba abierta a todos aquellos que se hubieran dedicado a la navegación mercante o a las faenas profesionales de la pesca de altura o de bajura durante un período mínimo de seis meses. Se presentaron más de 3.000 voluntarios, con edades que iban desde los 18 a los 60 años y de todas las categorías profesionales: capitanes, pilotos, patrones, maquinistas, fogoneros, ... aunque con escasa preparación militar. De entre ellos, de acuerdo con los informes que proporcionaban las organizaciones políticas y sindicales a que pertenecían, se seleccionaba al personal necesario para cubrir las tripulaciones de los buques y algunos establecimientos en tierra. Inicialmente los admitidos fueron pocos –alrededor de 350 hombres– pero en junio de 1937, tras la movilización de las quintas de 1924 hasta 1938, su número llegó a ascender a cerca de 700, incluido el personal que se destinó a varios buques y a las oficinas de las Fuerzas Navales del Cantábrico.
Una vez incorporados quedaban sujetos a las leyes y fueros de la Marina de Guerra y sometidos a la disciplina militar. Todo el personal recibió vestuario exterior de faena y de paseo. El primero era tipo mono y el segundo consistía en un chaquetón y pantalones en tonos que iban del gris verdoso al azul marino, junto con botas de pescador y boina oscura. No se utilizaron insignias, ni galones que identificaran los grados de cada uno, aunque llegó a esbozarse un proyecto. A los comandantes de los bous se les asignó la categoría de tenientes de navío, aunque el resto de la nomenclatura jerárquica se tomó de la existente en la Marina civil. La mayoría del personal del Voluntariado del Mar provenía de las localidades costeras vascas, más de la mitad eran vizcaínos (57 %), destacando el elevado número de bermeotarras (más del 11 % del total); algo más de la cuarta parte eran guipuzcoanos (28 %) y muy pocos los alaveses y navarros (cerca del 1 % entre ambos); el resto (14 %) eran nacidos fuera de Euskal Herria, en su mayoría en Galicia (11 %), y también en Cantabria, Andalucía, Castilla, Aragón, Asturias, Madrid y Cataluña. Por lo que se refiere a su militancia política, el 57 % pertenecía a Solidaridad de Trabajadores Vascos o al Partido Nacionalista Vasco, el 19 % era de la UGT o del Partido Socialista y porcentajes menores estaban afiliados a la CNT (5 %), Acción Nacionalista Vasca (4 %), Izquierda Republicana (2 %), Partido Comunista (2 %) y diversos sindicatos profesionales (1 %). Finalmente un 10 % no estaba afiliado o se desconocía su afiliación.
Con el fin de organizar la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi, Egía seleccionó a los buques más adecuados para cada una de las misiones encomendadas. Para la protección del tráfico mercante y de los pesqueros que faenaban en aguas territoriales se escogió a 4 bacaladeros de la empresa PYSBE de Pasajes, llegados a Bilbao en la evacuación de Guipúzcoa. El 30 de octubre de 1936 el presidente del Gobierno Vasco, José Antonio Agirre firmó los decretos de incautación de los buques Hispania, Euzkal-Erria, Mistral y Vendaval, ocupándose la Armada Republicana de artillarlos. Se les instaló al principio 1 cañón de 101’6 mm. a proa y 2 ametralladoras en el puente (el Mistral llevaba también 1 de 76’2 mm. a popa). El 9 de diciembre fueron rebautizados Araba, Bizkaya, Gipuzkoa y Nabarra y entre enero y febrero se les instaló a todos, menos al Araba, un segundo cañón de 101’6 mm. a popa. El Araba, que siempre tuvo sus calderas en muy mal estado, fue desarmado en febrero de 1937 y entró en dique a continuación para sufrir una profunda modificación que no se había completado cuando cayó Bilbao en Junio.
![]() En diciembre fueron artilladas también dos pequeñas unidades tipo pareja de arrastre, el Goizeko-Izarra y el Iparreko-Izarra, colocándoles 1 cañoncito de 57 mm. a popa y al Iparreko además 1 ametralladora. En enero entró en servicio el bou Donostia, que anteriormente había sido el bou franquista Virgen del Carmen, cuya tripulación se sublevó la noche del 5 al 6 de diciembre y metió el buque en Bilbao. Su armamento original fue alterado, montaba a proa el cañón de 76’2 mm. que se retiró del Gipuzkoa y a popa otro de 47 mm. que ya traía, así como 2 ametralladoras y 6 cargas de profundidad de fabricación alemana que también portaba cuando entró en Bilbao. Avanzada la primavera de 1937 se iniciaron las modificaciones necesarias para armar dos buques más a los que se puso por nombre Gazteiz e Iruña, pero la caída de Bilbao sorprendió al último en plena modificación y a ambos sin material artillero. Sólo el Gazteiz llegaría a entrar en servicio en junio, pero desarmado. La gente conocía popularmente a estos barcos como «los bous».
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REPÚBLICA - LOS DRAGAMINAS Y BUQUES AUXILIARES Para el rastreo de minas se seleccionaron unos cuantos pesqueros tipo pareja de arrastre que recibieron el nombre de «dragaminas» o «barreminas». Inicialmente su número fue reducido, no más de 6 se dedicaban a esta labor en enero de 1937, pero las necesidades impuestas por los sucesivos minados de Bilbao obligaron a incrementar su número hasta llegar a 24 en mayo de 1937. Al principio estas embarcaciones conservaron sus nombres originales, pero en mayo les fueron suprimidos, asignándoles los numerales D-1 a D-24. En general eran barcos de entre 30 y 110 toneladas, que podían navegar a velocidades de 8 a 10 nudos y llevaban entre 8 y 12 tripulantes. Un total de 27 embarcaciones sirvieron como dragaminas con la Marina de Euzkadi en uno u otro momento. En labores auxiliares de apoyo a los dragaminas y vigilancia nocturna se utilizaron 6 pesqueros de bajura que la Marina Auxiliar clasificó como «lanchas motoras auxiliares» o «laguntzailles». A comienzos de mayo sus nombres fueron sustituidos por los numerales L-1 a L-6. Sus dimensiones eran más reducidas, de 12 a 35 toneladas, 8 a 10 nudos de velocidad y de 4 a 10 tripulantes. Ni los dragaminas, ni las lanchas iban armados. Además de ellos, también formaron parte de la Marina Auxiliar varios buques auxiliares, canoas automóviles, yates y lanchas rápidas. Unos se utilizaron para el servicio de practicaje o el enlace marítimo entre Bilbao y Bayona y otros actuaron en colaboración con los dragaminas o en diversas tareas portuarias. La relación completa de todos los buques de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi con los mandos que tuvieron y su destino final es la siguiente:
NOTAS: Los datos marcados con asterisco(*) son estimativos. Los comandantes marcados con un más(+) no pertenecieron a la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi.
REPÚBLICA - ACTIVIDADES DE LA MARINA DE GUERRA DE EUSKADI
15-10-36.- Joaquín de Egia y Untzueta es nombrado Jefe de la Sección de Marina del Departamento de Defensa del Gobierno de Euzkadi. 1-11-36.- Llega a Bilbao cargado de armas el mercante soviético A.Andreev, recogido en alta mar y guiado a puerto por el propio Joaquín de Egia a bordo del Domayo. 2-11-36.- El Diario Oficial del País Vasco publica los decretos de 30 de octubre de incautación de los bacaladeros Hispania, Euzkal-Erria, Mistral y Vendaval.
10-11-36.- El D.O. del P.V. publica el decreto de 4 de noviembre de creación del Voluntariado de Personal de Mar, que sienta las bases para el reclutamiento del personal de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi. 15-11-36.- El destructor rebelde Velasco (Capitán de corbeta Francisco Nuñez) ataca a los bous Mistral (Capitán Manuel Galdós) y Euzkal-Erria (Capitán Augusto Fernández), a unas 40 millas de Pasajes, cuando se dirigían a Francia a recoger cuatro mercantes. Los bous le hacen
frente y en el intercambio de fuego el Velasco es alcanzado y tiene
que retirarse con averías; el Mistral recibe también algún
impacto de metralla que solo causa ligeros
desperfectos.
16-11-36.- El Mistral y Euzkal-Erria regresan a Bilbao sin los mercantes; sale para proteger su entrada el Hispania (Capitán Santiago Asolo) que además escolta al mercante Artza-Mendi con un importante cargamento de armas procedente de Leningrado. 17/18-11-36.- El 17 al anochecer salen de Bayona los cuatro mercantes que entran el 18 en Bilbao escoltados por el Euzkal-Erria y Vendaval. 2/3-12-36.- El Euzkal-Erria, Mistral y Vendaval escoltan desde Bayona al mercante Mar Rojo y entran con él en Bilbao el día 3. 5/6-12-36.- La tripulación del bou franquista Virgen del Carmen se subleva y lo conduce a Bilbao. Luego se convertirá en el Donostia de la Marina vasca. 15-12-36.- El D.O. del P.V. publica los decretos de 9 de diciembre rebautizando a los bous con los nombres de Araba (ex Hispania), Bizkaya (ex Euzkal-Erria), Gipuzkoa (ex Mistral) y Nabarra (ex Vendaval) y designando a sus comandantes.
19/20-12-36.- Los cuatro bous salen juntos por primera vez, a realizar ejercicios de tiro y en misión de vigilancia. El dia 20, el Bizkaya (Comandante Alejo Bilbao) detiene al mercante alemán Pluto a 6 millas al Norte de cabo Machichaco. Se reúne con ellos el Nabarra y al conducirlo a Bilbao reciben orden de la Jefatura de la Marina Republicana de dejarlo en libertad. 23-12-36.- El Bizkaya detiene al mercante alemán Palos al Norte de cabo Ogoño. Se le incorpora el Nabarra y entre los dos lo escoltan a Bilbao, donde queda retenido. 28-12-36.- El Gipuzkoa avista en aguas de Santander al mercante Isla de Gran Canaria que venía de Valencia cargado de víveres y lo escolta a Bilbao. Al atardecer se presenta en aguas de Bilbao el crucero alemán Königsberg para exigir la devolución del Palos cuya liberación ya se había decidido. El Palos sale de Bilbao por la noche, pero sin parte de su carga que queda confiscada y sin un pasajero de pasaporte español.
1-1-37.- El Gipuzkoa y Bizkaya salen a proteger al mercante británico Blackhill atacado por bous franquistas yescoltan luego al mercante Miguel. 8-1-37.- La presencia del Nabarra (Comandante Enrique Moreno) impide el minado nocturno de Bilbao por el Velasco (Capitán de corbeta Francisco Núñez) y Genoveva (Capitán de corbeta José María Ragel). Se produce un corto cañoneo entre el Velasco y el Nabarra sin consecuencias.
12-1-37.- El Gipuzkoa y Nabarra escoltan al mercante Candina procedente de Bayona y acompañan luego al petrolero Gobeo que llegaba de Inglaterra. 16/17-1-37.- Los bous Araba y Nabarra y el destructor republicano José Luis Díez escoltan el 16 al vapor Mar Rojo que entra en Bilbao de madrugada. Esa misma noche, el Velasco y el Genoveva reanudan la operación de minado nocturno. El 17, de madrugada, el Goizeko-Izarra (Capitán Antonio de Zinkunegi) choca con una de las minas y se hunde con sus 17 tripulantes. 18-1-37.- Al intentar rastrear el campo de minas sembrado por el Velasco, el dragaminas Mary-Toya choca con otra mina y se hunde, falleciendo 6 de sus tripulantes. Entre ellos estaba el oficial republicano que dirigía el servicio de recogida de minas. 1-2-37.- La Marina de Euzkadi asume la dirección de los trabajos de rastreo de minas. El capitán José Mª Burgaña es nombrado delegado de Marina en Portugalete y asume la organización del servicio. Otro capitán se encargará del mando directo de la Flotilla de Dragaminas. Para finales de marzo quedan limpios de minas todos los accesos a Bilbao. 8-2-37.- Los bous Gipuzkoa, Nabarra y Bizkaya y el destructor José Luis Díez escoltan desde Bayona a Bilbao al vapor Briquetas Zorroza. 15-2-37.- Los mismos buques de la semana anterior escoltan a los mercantes María Amalia y Fernando L. de Ibarra desde Bayona a Bilbao. 19-2-37.- El Velasco vuelve a sembrar minas en los accesos a Bilbao por la parte de Castro Urdiales. 27-2-37.- Los bous Donostia e Iparreko-Izarra en misión de vigilancia, protegen la entrada en Bilbao del mercante Blackhill procedente de Bayona.
5-3-37.- Cuando el Gipuzkoa (Com. Manuel Galdós), Bizkaya (Com. Alejo Bilbao), Nabarra (Com. Enrique Moreno) y Donostia (Com. Francisco Elortegi) escoltaban al mercante Galdames desde Bayona a Bilbao se topan con el crucero rebelde Canarias (Capitán de navío Salvador Moreno) que acababa de apresar al mercante Yorkbrook. El Canarias ataca al Gipuzkoa y le alcanza. Las baterías de Punta Galea y Punta Lucero disparan contra el Canarias, que se aleja, al tiempo que el Gipuzkoa, incendiado, se refugia en Portugalete con varios muertos y heridos. Mientras tanto, el Bizkaya libera al Yorkbrook y entra con él en Bermeo. El Canarias se encuentra después con el resto del convoy en la vertical del cabo Machichaco y abre fuego, primero contra el Galdames y luego contra los buques de escolta. Tras un duro y prolongado combate, el Nabarra resulta hundido y 29 de sus tripulantes muertos, incluido su comandante. El Canarias recoge a los supervivientes y apresa al Galdames. El Donostia se retira a Francia con ligeras averías, entrando el 6 en Arcachón y el 12, después de sufrir nuevas averías, en La Pallice donde quedará internado hasta el fin de la guerra.
12-3-37.- El Bizkaya escolta a Bilbao desde Bermeo al Yorkbrook. 28/29-3-37.-El Iparreko-Izarra (Capitán Pedro Ruiz de Loizaga) escolta al remolcador Altsu-Mendi y la gabarra Virgen del Carmen que van a cargar mineral a Saltacaballo. 2-4-37.- El Iparreko-Izarra escolta esta vez al remolcador Ayeta-Mendi y la gabarra Virgen del Carmen que repiten la operación de unos días antes. 6-4-37.- El Gobierno franquista hace pública su decisión de hacer efectivo el bloqueo marítimo de Bilbao. Gran Bretaña y Francia no lo reconocen y aceptan sólo el control de buques mercantes dentro de las 3 millas de aguas territoriales. Este mismo día se produce el primer incidente cuando los buques franquistas Galerna y Almirante Cervera pretenden detener al mercante británico Thorpehall. Acuden en su ayuda tres destructores ingleses y consigue entrar en Bilbao. 20-4-37.- Llega a Bilbao procedente de San Juan de Luz el mercante británico Seven Seas Spray cargado de alimentos y que hace el viaje sin ser molestado. El José Luis Díez, Císcar, Bizkaya e Iparreko-Izarra se hacen a la mar para escoltarle en el último tramo.
23-4-37.- El Galerna y Cervera interceptan a tres mercantes británicos que intentaban entrar en Bilbao. Vienen en su ayuda barcos de guerra ingleses y salen a recibirles el Bizkaya e Iparreko-Izarra. La batería de Punta Galea abre fuego sobre los barcos franquistas y finalmente los mercantes entran en Bilbao. En días sucesivos seguirán produciéndose nuevas entradas de buques mercantes con suministros para Bilbao. 27-4-37.- Varios dragaminas bajo el mando del jefe de la Flotilla (Capitán Angel Gabiña) colaboran en la evacuación de la población civil de Lequeitio. Al día siguiente, tropas italianas llegadas por mar y tierra ocupan la localidad. En días sucesivos se evacúan también Elanchove, Bermeo, Mundaca, ... 29-4-37.- El Velasco siembra minas frente a Bilbao por la noche. Todas las minas son recogidas por los dragaminas vascos en cuatro días sin sufrir ni una baja. 30-4-37.- El acorazado franquista España choca contra una mina propia frente a Santander y se hunde, convirtiéndose en la víctima más importante de las minas sembradas por los rebeldes. 1-5-37.- El Císcar, Gipuzkoa y Bizkaya bombardean Bermeo para apoyar un contrataque del Ejército vasco sobre la población, ocupada por los italianos el día anterior. Durante un bombardeo de Portugalete perece ahogado un tripulante de la lancha San Isidro. 6-5-37- Comienza la evacuación por mar de la población civil de Bilbao que se prolongará hasta el 15 de junio. En ella participan numerosos mercantes de diversas nacionalidades y en especial el trasatlántico Habana y el yate Goizeko-Izarra. Los buques son escoltados hasta las aguas internacionales por el destructor Císcar y los bous Bizkaya y Gipuzkoa y desde allí por la flota británica y, en ocasiones, por la francesa. 21-5-37.- El Císcar aborda accidentalmente en El Abra al dragaminas D-18 y lo hunde. 22/23-5-37- La canoa rápida Txepetx (Capitán Policarpo Bilbao) traslada de Portugalete a Bayona los supuestos restos de Sabino Arana, en una maniobra para ocultar el verdadero lugar donde fueron enterrados. 31-5-37.- A última hora del día, fuerzas de la Policía y la Marina vasca se apoderan de los destructores José Luis Díez y Císcar y desalojan a sus dotaciones a petición del mando republicano. Los días siguientes embarcan en ellos más de 200 oficiales y marineros de la Marina de Euzkadi para sustituir a sus antiguas tripulaciones, en las que no se confiaba. Unos días antes, 9 cabos y marineros habían embarcado también en el submarino C-6 para cubrir bajas. 8-6-37.- El Císcar, con tripulación vasca, escolta hasta Bilbao al petrolero Gobeo desde 50 millas. 10-6-37.- El Císcar (Alférez de navío Juan Antonio Castro) y el José Luis Díez (Teniente de navío Evaristo López) sostienen un intercambio de fuego con el Cervera (Capitán de navío Manuel Moreu) sin consecuencias.
13-6-37.- Durante un ataque aéreo contra Portugalete son hundidos los dragaminas D-15 y D-24. Otros buques son alcanzados en los bombardeos de estos días y quedan inutilizados, como el D-20 y la L-2. 14-6-37.- El yate Epailla 5 huye a Bayona por la noche. 15-6-37.- Los destructores Císcar y José Luis Díez abandonan Bilbao hacia Francia cargados de refugiados y con varias personalidades civiles y militares que aprovechan el viaje para desertar. El Gipuzkoa, Bizkaya e Iparreko-Izarra se dirigen a Santoña, donde más adelante se les incorporará el Gazteiz.
18-6-37.- Los dragaminas D-12, D-16, D-17 y L-6 se dirigen a Santoña.. La L-4 va a Francia y el resto de los dragaminas y lanchas auxiliares a Santander, excepto el D-5 y D-6, enviados a Bélgica en mayo para traer un cargamento de armas, y el D-3 y D-4 que estaban en Francia por estas fechas. El crucero rebelde Cervera (Capitán de navío Manuel Moreu) protegido por tres bous. bombardea a los buques vascos refugiados en Santoña, alcanzando al Gipuzkoa (Com. Policarpo Bilbao). Su tripulación se echa al agua y uno de ellos perece ahogado. El Bizkaya (1º Oficial Avelino Gonzalez) responde al fuego, cayendo sus disparos cerca de los bous de escolta. Pocos días después los bous vascos son desartillados.
19-6-37.- Bilbao es ocupado por los franquistas. En la ría quedan abandonados el Araba (hundido para evitar su captura), el Iruña (en dique), D-20 y L-2 (inútiles). 20/21-6-37.- El Císcar y José Luis Díez vuelven a la Península. Pocos días después la mayoría de sus tripulantes vascos son desembarcados. 2-7-37.- El Júpiter fondea minas frente a Santander. Los dragaminas vascos D-9, D-10, D-19, D-21, D-22 y D-23 y las lanchas L-1 y L-3 se emplean en el rastreo de las minas sembradas. 12-7-37.- Agentes franquistas se apoderan en Bayona del Epailla 5 y lo conducen a Fuenterrabía. 16/31-7-37.- Los pequeños minadores auxiliares Felisa Rodal y Rodal Barreiro fondean minas entre Gijón y Avilés. En septiembre y octubre algunos dragaminas vascos colaborarán también en las labores de rastreo de estos campos. 1-8-37.- La Marina Auxiliar de Euzkadi transfiere en Santander a la Marina Republicana los buques L-1, L-3, D-9, D-10, D-11, D-21, D-22 y D-23 con sus respectivas tripulaciones para organizar sus propios servicios de rastreo en el Cantábrico. 5-8-37.- En Santoña se arría la ikurriña del Gipuzkoa. Bizkaya e Iparreko-Izarra que tienen que ser entregados a-la Marina Republicana. Por la noche los 3 bous van a Santander. 9-8-37.- El D-5 y el D-6, que en los últimos meses habían estado transportando armas secretamente, entran en La Pallice. Poco después serán trasladados a Sables d’Olonne y quedarán definitivamente internados. 14-8-37.- Cuando los dragaminas D-12, D-16, D-17 y L-6 se dirigían de Santoña a Santander, el D-12 y el D-17 tocan en un bajo cerca de Noja. El D-17 sufre graves averías y va a embarrancar a la playa explotando accidentalmente. Resultan muertos 2 tripulantes y otros 2 heridos. 21-8-37.- Se ordena desembarcar a 34 tripulantes del Gipuzkoa y Bizkaya que son sustituidos por santanderinos. Se intenta reartillar a los bous, pero sólo se completan los trabajos en el Gipuzkoa. 24/25-8-37.- Cuando la mayoría de los buques republicanos habían ya evacuado Santander lo hacen también el Bizkaya, Gipuzkoa, Iparreko-Izarra, L-1, L-3, D-9, D-21 y D-22 que van a Gijón. El resto de los dragaminas y lanchas van a La Pallice para ser luego conducidos a Rochefort e internados. 26/28-8-37.- Se envía al Gipuzkoa y Bizkaya a Santander a recoger evacuados. En el camino se enteran de que Santander ha caído ya y deciden poner rumbo a Francia, entrando el 28 en Burdeos y quedando allí definitivamente internados. 27-8-37.- Después de haber capitulado el Ejército Vasco en Santoña, el bou Gazteiz (Com. Alejo Bilbao) es apresado y su tripulación pasa detenida al penal del Dueso. Allí, el 15-10-37, el 2º maquinista será fusilado por los franquistas. 8-9-37.- El Iparreko-Izarra burla el bloqueo de Gijón por la noche y se dirige a Burdeos donde queda internado hasta el fin de la guerra. Sep/Oct-37.- Durante estos meses, la L-1 y L-3 y los D-9, D-21 y D-22 participan con la Marina Republicana en el rastreo de minas en Gijón. A mediados de octubre, la L-3 y los D-21 y D-22 se trasladan a Avilés y continuan allí su labor. 21-10-37.- Finaliza la evacuación de Asturias. Las lanchas L-1 y L-3 y los dragaminas D-9, D-21 y D-22 que operaban allí con la Marina Republicana se dirigen a Francia, donde permanecerán internados hasta el fin de la guerra. 1-11-37.- La Marina Republicana se hace con el control del bou Donostia fondeado en La Pallice. 1937/1939.- Durante este tiempo los buques quedan internados en Francia. Se acondiciona al Gipuzkoa como buque corsario pero las autoridades francesas no permiten su salida. La mayoría de los tripulantes son desembarcados y enviados a territorio republicano, donde servirán en la Marina, el Ejército o los Carabineros de Mar. Los buques serán devueltos a sus armadores al finalizar la guerra.
REPÚBLICA - LOS CARABINEROS DEL MAR.
Al caer el frente Norte, la mayoría del personal de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi consiguió llegar a puertos franceses. En Francia quedarían definitivamente algo más de la mitad de estos marinos. El resto cruzó la frontera catalana y prosiguió la guerra en las filas republicanas. Más de medio centenar ingresó en la Marina Republicana y otros lo hicieron en el Ejército de Tierra y en la DCA (Defensa Antiaérea). Otro grupo, al que también se incorporó personal que había servido en la Marina Mercante vasca, quedó en Cataluña sin destino. En abril de 1938, las tropas franquistas llegaron al Mediterráneo por Vinaroz, cortando en dos el territorio republicano y aislando a Cataluña del resto del territorio leal. Surgió entonces la idea de organizar un servicio marítimo que permitiera enlazar las dos zonas y trasladar de una a otra personal, correspondencia oficial y algunos suministros y al que se incorporarían los marinos vascos sin ocupación. La idea fue rápidamente recogida por el comandante Juan Víctor Echevarría, comisario político de la Dirección General de Carabineros, que encomendó su puesta en práctica a la Jefatura Central de Transportes del Ministerio de Hacienda y Economía. Los marinos vascos ingresaron en el Cuerpo de Carabineros, pasando a tripular una pequeña flotilla compuesta por el yate Nere Ametza (359 tn.); varias lanchas de vigilancia de la Tabacalera, de las que la mayor era la I-1 (128 tn.); unos cuantos motoveleros de 100 a 300 toneladas y escaso andar, y algunas lanchas y yates destinados a vigilancia y servicios portuarios. Algunos barcos iban armados con una o dos ametralladoras para defenderse de los ataques aéreos pero otros iban desarmados. A todos se les asignaba un numeral precedido de las siglas M.H.F. (Ministerio de Hacienda-Flota). Las bases principales estaban en Barcelona, sede de la Jefatura Central de Transportes, y Valencia, sede de la Subjefatura. Además había puestos en otras poblaciones costeras y en Premiá de Mar un cuartel para los carabineros que no embarcaban.
Después de la pérdida de Cataluña la flotilla quedó reducida al Nere Ametza, que estaba entonces en Valencia, algún motovelero y lanchas menores. El yate fue luego a Jávea, pero, al conocer la salida de Cartagena del grueso de la Flota Republicana, el Nere Ametza abandonó la costa levantina y se refugió en Orán el 7 de marzo de 1939. El mismo día entraba en Bizerta la Flota Republicana, llevando también a bordo a numerosos marinos vascos, y seguidamente se entregaba a las autoridades francesas. Con ello se podía dar por concluida la Guerra Civil en el mar.
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República - Operaciones de minado.
El primer minado del puerto de Bilbao lo efectuó el destructor Velasco la madrugada del 24 de Septiembre de 1936. Sembró Un total 40 minas entre Punta Galea y Punta Lucero. Con este sembrado se pretendía cerrar la entrada de Bilbao para la Flota Republicana, que en aquellas fechas llegaba al Norte procedente del Mediterráneo. La Junta de Defensa de Vizcaya movilizó una pareja de arrastreros, el Danak Ondo y el Marce, para actuar como dragaminas. El campo fue descubierto el mismo día 24 y en poco tiempo los dragaminas vascos consiguieron abrir un canal, de modo que el 26 pudiera entrar ya la Flota sin contratiempos.
El segundo intento de minar Bilbao fracasó cuando la noche del 7 al 8 de enero el bou Nabarra sorprendió al Velasco y Genoveva Fierro antes de iniciar la operación. Regresaron la noche del 15 al 16, consiguiendo esta vez fondear las 97 minas que llevaba el Genoveva y 50 anti-rastras del Velasco, estableciendo una barrera que comenzaba a 2 millas al Este de Castro y se extendía en dirección NE hasta las proximidades de Cabo Villano. Esta vez las minas causaron el hundimiento del patrullero Goizeko-Izarra y el dragaminas Mary-Toya y se cobraron 23 víctimas. En los meses sucesivos todavía se repetirían estos minados en dos ocasiones pero sin éxito alguno. Otros campos más fueron instalados frente a Santander, Gijón y Avilés pero el único "éxito" que lograron fue el hundimiento del acorazado franquista España frente a Santander (30-4-37).
Las minas sembradas por los rebeldes frente a Bilbao fueron de dos tipos. Empezaron utilizando las clásicas minas «de bastón», marca Vickers H-16-A, de diseño británico de la Primera Guerra Mundial, pero fabricadas en España bajo patente. Se trataba de un modelo ya obsoleto y que los ingleses habían desechado por su mal funcionamiento. Su eficacia fue prácticamente nula, incluso algunos buques llegaron a chocar con ellas sin que explotaran. Para su colocación se utilizó al destructor Velasco que podía transportar un total de 60 y también al minador Júpiter, que podía llevar hasta 264 de estas minas. El segundo tipo empleado era la mina alemana «de cuernos», tipo EME, denominada "ofensiva", que databa igualmente de la Primera Guerra Mundial, aunque era de un modelo más avanzado. Tenía forma esférica, con cinco cuernos de plomo en la parte superior y detonaba por contacto. Fueron adquiridas directamente a los alemanes durante la guerra. Primero se habilitó para llevarlas al Genoveva Fierro pudiendo transportar hasta 100 en los raíles de cubierta y otras 100 en las bodegas. Después se adaptó al Júpiter para el mismo cometido. Fueron estas minas las que provocaron el hundimiento del Goizeko-Izarra, del Mari-Toya y, más adelante, del propio acorazado España y las que causaron un verdadero peligro para la navegación. Junto con las minas se instaló otro tipo de artefacto conocido como rompe-rastras o anti-rastras y también minas «de calamar», cuya finalidad era romper los aparejos de rastreo de los dragaminas, protegiendo así el campo minado. Tenía un aspecto similar a las minas "de verdad" pero su casco no contenía carga explosiva y actuaba sólo como flotador. Un metro por debajo del flotador llevaba el dispositivo «de calamar» que contenía una pequeña carga. de trilita. Al ser enganchada por el cable de rastreo se disparaba cortando el aparejo. Las sembraron el Velasco y el Júpiter, combinadas con las anteriores. Después de la caída de Bilbao, recibieron los franquistas un nuevo tipo de mina, denominada «de pera». Eran de construcción alemana, modelo Carbonit, con la forma que su denominación indicaba y cinco cuernos en la parte superior. Su mecanismo de detonación era similar al de las minas «de cuernos». Para su sembrado se acondicionaron dos pesqueros, el Felisa Rodal y el Rodal Barreiro, montando unas vías especiales que les permitían embarcar cuatro minas a cada uno. Operaron en julio de 1937 desde Ribadeo, sembrando un total de 32 minas entre Gijón y Avilés. No consiguieron éxito alguno -en parte debido a su escaso número-. Aunque no se llegaría a sembrar este tipo de minasen aguas de Euskal Herria, algunos dragaminas vascos que marcharon a Asturias tras la evacuación de Santander colaborarían en su rastreo.
República - El rastreo de minas. A raíz del minado efectuado el 16 de enero, la Jefatura de las Fuerzas Navales republicanas en el Cantábrico asumió la dirección del rastreo, destinando al efecto personal especializado de la Armada e incluso realizando vuelos de exploración con hidroaviones. La Sección de Marina de Euzkadi le facilitó una flotilla de dragaminas junto con el personal y equipos necesarios. Pero después de fallecer el responsable del dragado, alférez de navío Julián Sánchez-Gómez, en el hundimiento del Mari-Toya, la Marina Republicana no fue capaz de organizar eficazmente el rastreo. El 1 de febrero la Marina de Guerra Auxiliar decidió tomar el relevo. Se nombró Delegado de Marina en Portugalete al capitán José María Burgaña y se encargó la organización de los servicios de recogida de minas. Burgaña utilizó para estas labores las mismas embarcaciones y personal puesto a disposición de la Marina Republicana, en total 6 dragaminas (Jaimín, Rafael Cantos, Arco, Iris, Gure Artizar y Gure Izarra) y tres motoras auxiliares (Nazareno nº1, Angel de la Guarda y Nazareno nº9), bajo el mando primero del capitán Jesús de Landarte y luego del capitán Angel Gabiña. Los sucesivos minados de Bilbao obligaron a reforzar la Flotilla de Dragaminas, llegando en mayo el número de dragaminas a 24 y el de motoras auxiliares a 6. A todos se les asignó un numeral precedido de la inicial "D" o "L". El trabajo de los dragaminas era el de limpiar los campos de minas que obstruían la navegación. El procedimiento era sencillo: se tendía un cable metálico o rastra entre dos dragaminas, que lo arrastraban por la popa navegando a la misma velocidad y con rumbos paralelos desde fuera de la mar hacia dentro. Al avanzar, la rastra enganchaba el cable que mantenía a la mina sumergida y tiraba de él hasta arrancarla de su anclaje. En esta operación a veces la mina explotaba espontáneamente y otras veces salía a la superficie donde se le hacía estallar a tiros de fusil o se la remolcaba a tierra para desactivarla y aprovechar los explosivos que contenía. También en un par de ocasiones las minas se hundieron después de cortarles el cable de amarre.
El minado de Bilbao fue un completo fracaso; en ningún momento consiguieron los rebeldes paralizar el tráfico mercante del puerto de Bilbao y únicamente provocaron su disminución durante apenas unos días. Esto se debió sobre todo a dos factores: las deficiencias del material empleado –excepto quizá las minas ofensivas- y la abnegada labor de los dragaminas vascos. Hay que tener en cuenta que nadie en la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi tenía experiencia previa en el dragado de minas y la inmensa mayoría de su personal ni siquiera había visto antes una de ellas. Y todo se consiguió sin más bajas que los hundimientos del Goizeko-Izarra y del Mari-Toya, pérdidas sensibles pero muy reducidas en el conjunto total. Después de la caída de Bibao los dragaminas vascos colaborarían en el rastreo de los campos fondeados frente a Santander. La Marina vasca puso a disposición de la republicana, a comienzos de julio, una escuadrilla completa formada por 6 dragaminas y 2 motoras auxiliares. La eficaz labor desarrollada decidió a la Marina Republicana a incorporar los buques a sus fuerzas desde el 1 de agosto. Ese día la Marina de Euzkadi entregó a las Fuerzas Navales del Cantábrico los 8 buques que habían realizado el rastreo de Santander. Al evacuarse Santander la mayoría de los rastreadores salieron el 24 de agosto para Francia, llegando el 25 a La Pallice. Sólo la L-1, la L-3 y los D-9, D-21 y D-22 pasarían a Asturias, continuando su labor en Gijón y Avilés hasta octubre. Cuando cayó Asturias se refugiaron en Burdeos y Arcachon. Acabada la guerra todos los buques serían devueltos a sus armadores.
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